El último árbol / [texto] María Quintana Silva ; [ilustraciones] Silvia Álvarez
por Quintana Silva, María [autor/a]; Álvarez, Silvia (1966-) [ilustrador/a].
Tipo: LibroEditor: Madrid : Cuento de Luz , cop. 2018 Edición: 3ª.Descrición: [36] p. : il. cor ; 27 cm.ISBN: 9788416733453.Materia(s): Árbores -- Álbums | Árboles -- Álbumes | Ecoloxía -- Contos | Ecología -- Cuentos | Conservación das árbores -- Conto | Conservación de los árboles -- Cuento | Deforestación -- Cuento | Bosques -- Cuento | Bosques -- ContoResumo: Una noche, los árboles del bosque decidieron que era hora de arrancar de raíz y marcharse. Arrancaron sus raíces y se arrastraron por los campos. De camino a la escuela, Goran pronto se dio cuenta de lo que estaba pasando…Todos los árboles habían desaparecido dejando grandes agujeros allí donde solían estar. Desconcertado, Goran corrió a casa para ver si el árbol de su jardín también se había marchado. Amaba ese árbol, solía ser su amigo durante la primavera cuando se colgaba de sus ramas, y también en verano cuando sus hojas lo protegían del calor del sol. Cuando comprendió realmente las consecuencias que este desastre conllevaría para los animales, los seres humanos y el medio ambiente, no dudó ni un segundo y se puso en marcha para contrarrestar el daño que ya se había hecho.Tipo de ítem | Localización actual | Sinatura topográfica | Número de volume | Dispoñibilidade | Data de vencemento | Código de barras | Datos do exemplar |
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Prestable | CEIP Couceiro Freijomil Sala préstamo | 8045 CUENTO DE LUZ EI-C | Dispoñible | CEC133000008045 |
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Una noche, los árboles del bosque decidieron que era hora de arrancar de raíz y marcharse. Arrancaron sus raíces y se arrastraron por los campos. De camino a la escuela, Goran pronto se dio cuenta de lo que estaba pasando…Todos los árboles habían desaparecido dejando grandes agujeros allí donde solían estar. Desconcertado, Goran corrió a casa para ver si el árbol de su jardín también se había marchado. Amaba ese árbol, solía ser su amigo durante la primavera cuando se colgaba de sus ramas, y también en verano cuando sus hojas lo protegían del calor del sol. Cuando comprendió realmente las consecuencias que este desastre conllevaría para los animales, los seres humanos y el medio ambiente, no dudó ni un segundo y se puso en marcha para contrarrestar el daño que ya se había hecho.